sábado, agosto 13, 2011

Tengo un Nombre

Tengo un nombre. Soy una de tantas víctimas de ésta guerra anónima y cruda. ¿O debería decir adversarios feroces? Me mataron un día nublado y yo soy la víctima número 314.
Debo decir que iba muy borracho cuando caí. Así que no sé si aquél soldado apuntándome con su rifle era una alucinación causada por el alcohol o si era real. Lo último que ví/sentí fue el suelo duro, recubierto de runa, y un sol abriéndose paso sin éxito por entre nubarrones de color plateado. Pero soy un hombre fiel a sus creencias: creo que la muerte se desarrolla en nosotros como algo doloroso y lento. Entonces, quizá yo no esté muerto. Quizá éste microrrelato sea un reflejo de tu maquiavélica intención, querido lector. ¿Quién narra ahora?

Aunque me hayan matado, sigo siendo. Aunque esté muerto en tu mente, sigo vivo. Cada una de mis piezas sigue intacta. Soy el centro de la narración que sigues construyendo. Soy el narrador, el narratario y  una  voz en tercera persona. Soy un personaje plano y soy un personaje pasivo, pero también soy un personaje activo. Tú eres lo que yo quiero, y yo soy lo que quieras tú. Yo soy la esencia, soy el argumento, soy la lírica de la prosa más llana y soy la última ráfaga de blanco sobre negro con la que te vas a dormir bajo tus párpados, por pura y simple diversión de un intelecto castigado. Soy único, soy múltiple. Soy una simple  dirección, soy una entrada de blog, soy la encarnación de un pensamiento, o soy sólo unas cuantas letras encadenadas- soy, en fín, lo que quieras tú.

1 comentario: